Hasta Siempre

 Comencé en este blog hace 3 años con un simple artículo que me rondaba la cabeza. No recuerdo por qué nació la idea, creo que fue por culpa de una serie o algo por el estilo. Una vez terminé el artículo, dudé sobre dónde publicarlo: podía hacerlo yo mismo en un blog que hubiese creado y ya, podría cambiarlo y convertirlo en un vídeo para Youtube... Finalmente, un amigo me propuso que lo mandase a este blog. Mandé un correo al que me respondió la editora de la época y, tras repasarlo y cambiarlo, publiqué mi primera pieza jamás hecha. Me sentí bien, era feliz con aquel artículo recién publicado. Poco a poco seguí creando, seguí aportando cosas a esta comunidad y, antes de darme cuenta, me había convertido en su editor.

No ha sido un trabajo fácil, la pandemia nos ha golpeado a todos por igual pero me costó mucho aguantarla. Estaba solo en casa, sin compañeros de piso ni familia, aislado salvo por el trabajo en el que no tenía a nadie más en mi oficina. Fue duro seguir adelante, tanto para mí como para el blog. Casi no tenía tiempo para escribir, no había ninguna idea que me pareciese lo suficientemente buena para llevarla a cabo y comencé a publicar material de otras revistas que ofrecían republicarlas aquí. Me di cuenta de que, con el trabajo, la universidad y todo lo demás, sería imposible continuar con mi trabajo en el blog. Pensé en dárselo a otra persona pero, ¿a quién?

No soy un miembro fundador de Bastión Rolero y en el blog solo quedamos yo y un colaborador muy querido, Roger. El blog había perdido a la gente que le había creado y poco a poco, había sufrido por ello y las señales de que estaba marchitando comenzaron a florecer. Finalmente y con dolor, decidí que lo mejor era dejarlo morir, convertirlo en un recuerdo de los buenos momentos de todos los que participaron en lugar de prolongar su muerte un poco más, convirtiéndolo en un reflejo de lo que fue.

Este es el último post que publicaremos en el blog, es lo último que veréis en el canal de anuncios, es el último post que os aparecerá en vuestras notificaciones. Por eso, os quiero dar las gracias por habernos acompañado durante todo este tiempo, sin vosotros no hubiera sido posible y no hubiera merecido la pena el esfuerzo. Espero que cuando acabéis de leer estas palabras, tengáis un buen sabor de boca de estos 9 años junto a vosotros y que consigáis todo lo que queráis y más. Lamento que lo tengáis que ver tan pronto por la mañana pero, la verdad, si recibo el mensaje de su salida por la tarde, creo que me vendré abajo.

Antes de irnos, me gustaría dejaros aquí los mensajes de la gente que nos ha apoyado y sus últimos pensamientos.

Cuando me pidieron escribir esta «despedida», entendía que era algo meramente protocolario. Algo que debía hacerse para darle un punto final a Bastión Rolero, blog que cofundé y que durante años fue una parte importante para mí. Pero lo cierto es que aún fuera del blog, estoy escribiendo rol asiduamente y colaborando con muchísimas iniciativas. Y como yo, el resto de las personas que en algún momento han pasado por el staff o han colaborado puntualmente con nosotros. Bastión termina, pero no termina nuestra creatividad y ganas de aportar a la comunidad.

Por otra parte, esta despedida no lo es como tal, en tanto que el blog seguirá en la red. Tanto como dure el servicio de Google al menos. Porque el mayor acierto que hemos tenido, y en parte es gracias a José Manuel Real, es el haber alejado Bastión Rolero del concepto de medio de actualidad. Eso nos ha permitido dar espacio a grandísimos articulistas y personas creativas, las cuales han debutado como escritores en nuestro blog antes de saltar a publicaciones editoriales. Para mí ha sido un verdadero orgullo haber hecho posible su éxito de alguna forma y que bastión haya sido alguna clase de «cantera» de autores roleres. Muchas gracias por colaborar con nosotros, por prestarnos vuestras palabras y en general, por hacer este bastión tan grande. ¡Hasta otra!

- Mariola, antigua editora de Bastión Rolero

Como despedida del Bastión me gustaría decir muchas cosas, pero me limitaré a dos. En primer lugar, quiero agredecer el gran trabajo que han hecho todos los compañeros del Bastión, especialmente los editores. Yo sólo he escrito 35 entradas en cuatro años, y lo mío me ha costado. Los editores, además de escribir más entradas que yo, han tenido que alimentar las redes sociales, revisar entradas de otros, programar la publicación, preparar concursos, etc. Y lo han hecho simplemente por amor a esta afición. A ellos pues, muchísimas gracias por hacer posible este proyecto. 

En segundo lugar, quiero decir que para mi los blogs siguen siendo el medio de comunicación preferido para aprender sobre rol. Las redes sociales, los canales de vídeo, los podcasts y otros que ni conozco son medios que han robado terreno a los blogs, y está bien que sea así, pero el blog sigue teniendo su lugar. Hay cosas que se explican mejor con un buen texto, del mismo modo que hay otras cosas que se explican mejor en vídeo o en audio. Así pues, larga vida a los blogs de rol!

- Roger, colaborador de Bastión Rolero

A mi querido Bastión Rolero:

Muchas gracias. Gracias por invitarme a ser parte del Bastión durante un tiempo que aprecié muchísimo. Por ofrecerme un lugar tranquilo y seguro en el que escribir. Por darme ánimos para escribir cuando no los tenía. Por darle tanto cariño a todos mis artículos. Por arropar tanto y tan bien a las compañeras. Por haber sido la casa de tantísimos textos amables y constructivos sin importar de dónde viniesen. Gracias por haber estado todos estos años. No puedo despedirme con tristeza, sino con mucho cariño, pues ha sido una suerte formar parte de Bastión.

Hasta siempre.

- Lau, colaboradora de Bastión Rolero

Habéis traído mucha alegría a nuestros mundos imaginados. Gracias por todo.

- Vlad Temper

y dentro de muchos años, hastiado del camino recorrido, me sentaré en lo alto de mi atalaya, junto a mi hijo, y le contaré historias sobre un lugar, un reducto de buenas gentes y buenas artes, que únicamente con sus conocimientos y sin pretensiones, alumbraban épocas oscuras, ilustraban páginas en blanco y construían puentes entre generaciones de gente que vivian historias inimaginables. Una guia donde acudían de todas las regiones para alimentar su hambre de aventura y saciaban su sed de cultura. Un hogar donde volver despues de la batalla o antes de ella para abastecerse de poder, de conocimiento y saber. Un rincón amigable, un sillón confortable, una llama encendida en la última hoguera del bosque. Le diré a mi hijo que siga su luz, que aunque la llama se apague, su corazón seguirá iluminando caminos y senderos. Seguirá guiando cual faro en el mar, cual bandera de victoria, cual Bastión de aventuras.

- Tato Escriche

La verdad que me ha encantado teneros en esa comunidad rolera. Fuísteis los primeros a los que seguí con esta temática, vuestro nombre ayuda a encontraros. Y de ahí, por una especie de osmosis friki, he ido descubriendo muchísima gente increíble en este mundillo. El blog ha dado mucho de sí, ¡hasta me publicasteis una aventura mía! Y por todo esto y alguna cosa que se me olvida seguro, ¡solo puedo dar las gracias! ¡Buena suerte con los próximos proyectos!

- Alf

All fled—all done, so lift me on the pyre—
The Feast is over, and the lamps expire.


Hasta siempre, queridos lectores.

Aventura: Fiesta de Halloween por Adrián Viedma

 Hola a todos. Sí, os dijimos que no habría artículo en Nochebuena, por lo que la hemos movido al jueves para no romper nuestra promesa. En este caso, os traemos una semilla de aventura para una fiesta de Halloween en una mansión donde una hermandad americana oculta un horrible secreto. ¿Seréis capaces de sobrevivir a la fiesta de Halloween?

En la noche de Halloween, en la hermandad Alpha Theta Sigma se celebra una fiesta. La fiesta empieza a las 00:00. La fiesta acaba a las 06:00. Nadie puede entrar durante la fiesta. Nadie puede salir durante la fiesta. Lo que pasa en la fiesta, se queda en la fiesta.


Podéis descargar esta semilla de aventura a través del siguiente enlace.

Campos Regados de Sangre, una semilla de aventura para Vaesen

Hola, soy Fausto de nuevo. Recordaréis hace poco que publiqué una reseña sobre el juego Vaesen en este mismo blog. A decir verdad, es un juego que me parece bastante interesante y que trata el folclore de una forma que echaba de menos en los juegos de rol. Sin embargo, el principal problema que tenía para mí era que toda su mitología era nórdica, así que decidí crear una breve ambientación en la Península Ibérica.

Así nació Campos Regados de Sangre, una idea para aventura, costumbrista, cruda y dura igual que el siglo XIX español. La semilla está ambientada en el país vasco en 1877 y enfrenta a dos familias unidas por el odio y a las criaturas de la naturaleza que desean vengarse de los humanos por el mal que han provocado.


Me gustaría seguir hablando sobre la aventura, pero prefiero que lo descubráis por vosotros mismos.

Podéis descargar la aventura aquí.

¡Nos vemos muy pronto!

Cierre de campañas: Es horas de bajar el telón, por Fausto Losilla

Llevo ocho años jugando a rol de forma regular pero, de estos, los tres últimos han sido los años en los que he tenido la oportunidad de jugar campañas largas. Antes solía disfrutar de los oneshot o partidas de una sola sesión o de campañas cortas. Para mí era mucho más sencillo que hacer una campaña de más duración: preparabas el cuerpo de la campaña sin centrarte en los detalles, tus jugadores se unían a la aventura porque era la razón por la que estaban allí, dirigías lo que tenías preparado, disfrutabas del día y a pensar otra cosa. Esta solución me atraía principalmente por la falta de tiempo, era estudiante y me pasaba todo el día en la universidad o en casa delante del simulador y los libros, así que no podía centrarme en crear algo sumamente complejo. Además, casi todas las campañas que habían jugado mis amigos se cortaban antes de tiempo, ya fuese por los horarios, el tiempo o peleas internas. ¿Por qué iba a preocuparme de hacer algo que fuese a darme tantos problemas?
Hace tres años conocí a unos buenos amigos y, hablando entre nosotros, se me ocurrió hacer una campaña de rol extensa por probar y ver cuál era la experiencia. Así que otra vez preparé lo necesario para las primeras sesiones, nos juntamos y comenzamos a jugar. Con aquellos inicios descubrí una nueva sensación, era como leer un libro de aventuras, una historia que contábamos con cada sesión y cuyo final no conocíamos. Era y es una delicia juntarme cada vez que toca partida con mi grupo, sorprendernos con la suerte de los dados, reírnos con los chistes, ver qué les espera más allá.

Una campaña larga es una experiencia mucho más personal, lo importante no es la historia que se cuenta sino cómo los aventureros reaccionan a esta y cómo les afecta. Cuando fallaban la tirada, sufrías con su desventura y cuando conseguían superar el desafío al borde de la muerte, gritábamos de alegría por el triunfo conseguido. Me gustó aquella sensación y decidí meterme en campañas más largas en vez de recurrir a los oneshots y, aunque algunas se quedaron en el camino y de otras no pudimos jugar ni la primera sesión, he vivido muchas más experiencias, he descubierto más historias a la vez que el resto de jugadores y he encontrado en estas campañas cosas que jamás me hubiera imaginado.

La primera campaña que tuve que finalizar era de Conan se debió a que uno de los jugadores no podía continuar jugando en el horario habitual y, en lugar de cancelar la sesión y dejar abierto el final, las jugadoras restantes y yo nos juntamos para una última sesión. Me pregunté cómo podría hacer un final de campaña satisfactorio, qué debía hacer para poder añadir a aquella experiencia un "Y vivieron felices y comieron perdices". 

Soy un gran fan de la obra de Robert E. Howard, los que leáis mis publicaciones en este blog estoy seguro de que lo sabéis, y me acordé de una respuesta que escribió el escritor texano cuando le preguntaron por qué no escribía las historias de Conan en orden cronológico. Para Robert, las historias de Conan no estaban desordenadas, sino que las contaba igual que un hombre que las ha vivido las contaría; una persona no cuenta su vida de principio a fin, sino que cuenta estas historias según le vienen a la cabeza o según el momento y el lugar. Tras recordar aquella frase me pregunté: ¿y si en vez de poner un monstruo final o poner un final cerrado se hubiesen acabado el tiempo de viajar y explorar, y si los desafíos que tuvieron ya se quedaron atrás?

Aquel sábado por la mañana nos juntamos las jugadoras y yo para la última partida. En la última sesión, los aventureros se habían reunido para continuar su viaje, pero ya no nos encontrábamos en aquel tiempo y lugar. Habían pasado veinte años y los tres personajes se habían separado. El villano había sido derrotado, sus objetivos se habían cumplido y sus armas llevaban ya tiempo colgadas de la pared; cada uno vivía alejado del otro, disfrutando del tiempo que les quedaba. Las jugadoras recibieron una carta, una invitación al funeral de su antiguo compañero de batalla, quien había muerto en un naufragio. Los personajes cogieron las cosas y se reunieron por última vez junto a las cenizas de su amigo. Recordaron los buenos momentos, bebieron, cantaron y explicaron que habían hecho tiempo atrás durante toda la noche. Al amanecer, ambos aventureros se despidieron por última vez y cada uno volvió a la vida que se habían forjado con su esfuerzo y espíritu.

Fue una sesión muy emotiva, lloré un buen rato y me costó un tiempo recomponerme. Estaba diciendo adiós a los amigos con los que había vivido tanto y no quería despedirme. Al final me despedí de mis jugadoras, prometiéndoles que en un futuro volveríamos a jugar y así ha sido. Cuando pienso en aquella campaña, sonrío pensando tanto en cómo fueron las sesiones de juego como en el final. Era un punto en el que acabar la historia idóneo y dentro de mí no quedó una mota de remordimiento por cómo acabó todo ni el deseo de saber cómo podría haber sido.

Para mí, el final de campaña es la despedida que necesitamos de las aventuras y las emociones que vivimos, es saber que nuestros aventureros han terminado su duro trabajo, que fueron felices tras acabar la historia que narramos, que estarán bien cuando no nos veamos más y que siempre vivirán en nuestra memoria. Para mí, no hay mejor final que una última sesión para decir adiós. Una sesión en la que, tras acabar con el villano principal, sellar las puertas al apocalipsis que asolaba el mundo o sobrevivir a los horrores más profundos de la tierra, los jugadores nos sentemos alrededor de la mesa y nos preguntemos: ¿y ahora, qué ha pasado con mi personaje? Pueden haber pasado cinco, diez, veinte años... Puede haber pasado una semana o que todo ocurra instantes tras la muerte del villano. Puede ser en cualquier momento, en cualquier lugar, en cualquier situación pero para mí, mi sesión perfecta se basa en responder a esa pregunta. "¿Y ahora, qué?"

No me gusta despedirme de aquello que me gusta, lo acabo alargando más de lo necesario y algunas veces acabo sufriendo por ello. Me ha costado desprenderme de ese problema, pero al final he comprendido que no es algo bueno. He aprendido por las malas, en el rol y en la vida, que hay que dejar morir las cosas cuando llega su hora y que un adiós no es un final eterno, sino la forma en la que las cosas que nos importan pasen a formar una pequeña parte de nosotros mismos. A la fecha de la publicación de este artículo, estaré a pocas sesiones del final de la primera campaña larga que empecé a dirigir y a uno o dos meses de terminar otra campaña que comencé tras encontrar el valor para ello. No quiero que acaben, me gustaría seguir jugándolas y viviendo más y más aventuras con los mismos personajes y el mismo mundo, pero de nuevo debo dejar que las cosas mueran cuando llega su turno.

Estoy feliz, han sido grandes campañas y las tendré en la memoria con cariño. Ojalá tenga la oportunidad algún día de juntarme de nuevo con las mesas y jugar algún oneshot o aventura corta para recordar los viejos tiempos, pero siempre me quedarán los buenos recuerdos y estoy deseando juntarme por última vez con mis amigos y contar nuestra última gran historia, meter las fichas de personaje en sus fundas y guardarlas en el armario.

Soy muy sentimental cuando quiero y quizás con este artículo me he pasado, quería contar cómo cierro mis campañas y me ha quedado un texto que da un golpe bajo a los sentimentaloides. Para haceros un resumen rápido, juntaos para una última sesión con vuestros amigos tras cumplir el objetivo de la campaña, contad qué habéis hecho tras esa gran aventura, recordad los buenos momentos y terminad la sesión con un buen sabor de boca y una sonrisa en los labios. A mi me sirve y me encanta hacerlo, pero no tenéis que seguir mi ejemplo, tan solo tenedlo en consideración.

Hoy no tengo una cerveza fría que beber tras terminar de escribir ni ningún libro que leer, hoy es un día para sentarme en el sofá, pensar en los buenos tiempos y levantarse para vivir tiempos mejores. Disfrutad de vuestras partidas de rol, vivid grandes aventuras y espero leeros en algún lado. Si este artículo sirve para algo, ojalá sea para que, tras terminarlo, os recostéis en la silla y os hagáis la pregunta que os he estado talandrando con mis palabras. 

¿Y ahora, qué?

Hasta pronto

El Extraordinario Catálogo de Eufrasio, el Aventurero Retirado, un suplemento para D&D 5E de objetos mágicos

Hola a todos. Si sois habituales del blog, sabréis que me gusta crear material homebrew para mis partidas, me permite utilizar material para mis partidas que se puedan adecuar a cada partida. Sin embargo, mucho material que he utilizado en mis partidas se ha quedado anticuado y, al leerlo, he podido ver todo lo que me faltaba por aprender cuando comencé. En esta ocasión, he cogido todo ese material antiguo, lo he reeditado, le he dado un contexto y espero que podáis disfrutarlo.

Este libro libre de consulta ha sido escrito por Eufrasio. Mediano guerrero, ladrón, aventurero, héroe y ahora jubilado de los años de viajes. Durante sus casi dos siglos de aventurero, el anciano ha conseguido una amplia colección de objetos mágicos, todos ellos con una historia por conocer y muchas, muchas muertes innecesarias de compañeros de viaje.


¡Disfrutad de las vacaciones y, si podéis, comentadnos qué pensáis de este catálogo!